jueves, 1 de septiembre de 2011

Bay of Plenty II: La vida de hormiga

Día 89 a 129 – 09/05/2011 – 18/06/2011 

Había conseguido un laburo en la empaquetadora de kiwis por las noches, no sabía muy bien de que se trataba todo esto, pero sin lugar a dudas debido a la gran cantidad de horas que demandaba el packhouse conseguiría los billetes que supe “biengastar” los meses anteriores en travesías varias. 


El trabajo en el Packhouse


Expliquemos el panorama y los procesos de la planta para poner a los lectores en sintonía con la situación:
Como todos sabemos, en la línea de producción cada uno tiene su tarea y, como en una cadena, al terminar con una responsabilidad se pasa al siguiente eslabón para que cumpla con sus quehaceres.
Así, los cajones de kiwi llegan a la entrada de la fábrica, donde un grupo de personas (en general mujeres de origen oriental) denominados “Graders” se encargan de mirar cada una de estas frutas y descartar las que no son aptas para la venta, como también eliminar todo tipo de ramas y basura que se encuentre entre los kiwis. Un puesto recontra embolante, muy similar al que me toco hacer durante mi época de “pelador de peras” (Ver Napier en el fernetastic blog), que trate de evitar siempre desde que entre al packhouse.
De esta manera la máquina que discrimina la fruta por tamaño es alimentada de kiwis, mientras que desde atrás, hay otro grupo de individuos con la responsabilidad de armar las cajas de diferentes formas y tamaños, para que el “Packer” se encargue de juntar estos dos elementos, cerrando la caja y enviándosela al “Stacker”, quién reunirá las cajas en torres sobre pallets (tarimas de madera) para que un autoelevador se lo lleve al almacén o camión para la venta.

Caímos con el Toro a la fábrica y nuestra primer tarea fue la de “Stackers”. No, no son las hamburguesas de Burger King apiladas como todos pensábamos, sin embargo había que apilar cajas de kiwis que venían desde la línea de producción. Tranqui en los momentos en que la maquina nos daba tregua, pero al momento que aceleraba, las cajas verdes te tapaban y tenías que correr como loco. Un par de días se bancó, hasta que descubrimos que detrás de la gran maquina se escondían los armadores de cajas y nuevos personajes. Ahí fue donde me escapé ni bien pude (digamos que llegabas y te parabas donde te pintaba, después los supervisores empezaban a redistribuir a los jugadores según conveniencia) porque era un laburo bastante más relajado.






Allí pase la mayor cantidad de mi estadía en el packhouse, aunque era un puesto bastante codiciado, entonces cuando llegas tarde te quedas sin lugar y todos saben que yo temprano no iba a llegar, y menos aún con el Toro como socio… cuando llegabas tarde en general te tenías que buscar un lugar, el mejor que puedas como si fuese “el juego de la silla”, corriendo buscando un hueco donde entrar y estar lo más cómodo posible durante las siguientes…. 10 horas y media!!! Así fue que volví al Stacking y también fui al Packing, donde en los momentos de acelere era bastante jodido también, porque se te venia un tsunami de kiwis que tenías que hacer entrar en la caja, cerrarla y mandarla para el siguiente eslabón. Aunque del “Grading” zafé.

La otra cara del Packhouse


Pero no es todo trabajo y responsabilidades en el Packhouse, porque en definitiva acá estaba para pasarla bien mientras juntaba unos mangos para seguir viajando, entonces ni mamado me iba a tomar estas cosas en serio. Juegos y jodas varias surgieron en las cajas, charlas delirantes para pasar el rato, mandar cajas al revés a los packers y jueguitos de niños (por algo así me llaman mis amigos en Bs. As.) que permitían hacer más amena la larga jornada.

Un día boludeando con Liam, un amigo francés, dijimos:
-          “che, yo me siento como Rocky Balboa en el frigorífico acá”
-          “estaría bueno hacer el video”
-          “Y hagámoslo”
Así, uno de los últimos días de laburo, salió esto:



Sin embargo a pesar de jodas y boludeo también surgieron charlas filosóficas con los amigos Gallegos, sumado a las clases de Catalán y de “Franquismo”, que me ayudaron a entender que en España no todo es color de rosa y viven en medio de un quilombo constante desde hace rato. Charlas que podían llevarse todo el turno. O de temas varios como aquella reunión que se armó entre la comunidad Europea (Españoles, Checo, Francés) y un par de Argentos donde se discutió de historia, de situación económica y temas más “serios” que tuvo que suspenderse en el mejor momento porque la línea de producción dejo de funcionar por falta de cajas y consecuente cagada a pedos de la jefa apodada “Cindy(entes)”, que además de la razón de su nickname lucía un bigote bastante voluminoso.

Lo bueno es que también podías probarte en nuevas situaciones generándolas vos mismo, como aquella vez en que cambiamos de turno por un par de días, donde la supervisora (maorí gigante y con cara de mala) me trataba mal, a lo que respondí con miradas desafiantes hacia ella hasta que se cansó y vino en un momento a decirme que “mañana no había trabajo para mí ni para él (señalando al toro por ser mi amigo)”, disparado salí a buscarla, preguntando el nombre como si fuese una de esas conversaciones telefónicas en que pedís hablar con un supervisor. Semejante quilombo se armó que vino el manager de la línea a ver qué pasaba, y tras discutir un rato (obviamente todo en inglés) salimos triunfantes, porque éramos  “victimas”.  “nunca te vi tan sacado”, palabras del Toro, que se había metido en el quilombo por mis provocaciones y veía mis juegos en platea preferencial. Igualmente de alguna manera la tuve que pagar: en mi último día de trabajo, finalmente fui Grader…
Puede sonar a una pelotudes todo esto, pero al que me conoce sabe que en estas circunstancias yo hubiera reaccionado de una manera totalmente diferente, y creo que vale la mención.

Los días que estaba cansado y no tenía ganas de boludear o ponerme a charlar me limitaba a armar mis cajas y volar un poquito con la mente planeando y planeando viajes. “como sigo”, “donde voy después y después y después”, con lo que luego de una de estas charlas filosóficas que comento me di cuenta que no estaba viviendo el momento (el “ahora”), estaba viviendo algo que por más que piense y piense, no dejaba de estar en mi cabeza y ser fantasía. Tendría que dejar fluir los acontecimientos para ver qué pasa, porque planear a 6 meses no iba a resultar con cómo cambian las cosas en el viaje de un día para el otro. Tal vez si en la vida rutinaria de Bs. As. Se pueda planear a largo plazo, pero no acá.

“Smocko” se llama a los dos recreos de 15 minutos que cada un par de horas nos daban para despejar un poco la cabeza de tanta monotonía, además de la media hora no paga que te daban para comer (miserables!).  Las comidas eran rápidas, era calentar las frituras que venían en tupper desde casa (recordemos en los lugares que viví en el post anterior, y que en el mejor lugar no tenía horno!), o bien comprar otras frituras en el comedor del packhouse cuando nos quedábamos dormidos, porque no había mucha variedad.

Todos los días teníamos que confirmar telefónicamente si había trabajo, no voy a volver a explicar cómo funciona el picking de kiwis (ver post Northland), pero cuando llueve no hay picking y con eso a los dos días no hay fruta para empaquetar, y por lo tanto la planta no abre y los obreros no trabajamos y no cobramos.
Y comento esto porque tengo que darle la derecha a mi país en este sentido. No me voy a hacer el Che Guevara y la “igualdad para los trabajadores”, pero creo que el riesgo del negocio debería ser de quien se lleva las chauchas al final del partido, y no del pobre obrero que está siempre disponible y encerrado toda la noche empaquetando kiwis con el sistema de pago por hora que se usa acá. Y lo digo con la idea de ser en un futuro uno de los que junte las chauchas, la experiencia no deja de servir para tener en la cabeza que un tipo que está trabajando para vos no tiene por qué pagar por los riesgos que asumiste.

Ya a las 5 AM, al salir de la planta cada día, salía el bondi al grito “Morón-Merlo-Cataluña!”, dado que alcanzábamos a Seba, Avito (oriundos de la zona oeste), “Vasco” y “Gallego” (Catalanes que apode de ésta manera) junto con el Toro, camino a cualquiera de mis hogares extremistas, cuando no surgía algún picadito en el estacionamiento (si, a las 5 am) o un bajoneo por Mc Donalds antes de ir a dormir, si es que el Toro estaba cansado para cocinar su ya clásico “Sándwich Neozelandés”, lleno de más frituras pero delicioso antes de ir al sobre.

Solo un “day (night)-off” gozábamos por semana, que en general solía ser el Sábado, cuando supimos aprovechar para ir a conocer Tauranga, donde hay al menos algo de joda. Podes ir un Viernes y encontrar la “fiesta latina” con cumbia, cuarteto y reggaetón y lleno de latinos, claro está, cosa que no me interesaba demasiado (a excepción del Fernet que vendía la barra). Los sábados, por su parte, lo pasabas más con la gente del lugar.
Igualmente era bastante difícil llegar, porque mientras viví en Monte solo había que cruzar un puente, pero rodeado de controles de alcoholemia del cual zafamos en una ocasión porque Seba se tomó una lata de salsa de tomate que veníamos trayendo desde Marzo para eludir la tecnología. No es que estaba borracho, pero había tomado una copita y saltaba en el control.
Cuando viví en Te Puke, por su parte, había que hacer 20 kms para llegar, por lo que predominaron las juntadas cerveceras con los amigos del packhouse y también pude entender por qué este pueblo es un lugar no apto para suicidas, luego de haberme despertado tarde un sábado y no llegar a la licorería que a las 11 pm de un sábado ya estaba cerrada, sumada a la lluvia torrencial que caía sobre Te Puke, era un pueblo fantasma.

Ya finalizado el ultimo día de trabajo y luego de una larga charla con Tony en lo del nazi mientras hacíamos tiempo a que se despierte Seba, salimos hacia Rotorua, dado que Fede, uno de nuestros amigos de Auckland, iba a pasar su cumpleaños a esta ciudad y nos había invitado junto a Caro y Gus a festejarlo allí. Luego de un almuerzo a orillas del Lago Rotorua nos acercamos a la montaña para subirla en góndola y bajarla en kartings sin motor, es decir que con la pendiente agarraba buena velocidad. Muy divertido, la pasamos bien con amigos pero estaba destruido después de una jornada laboral sin haber ido a dormir.

Cumpleaños Feliz – 14/06/2011 – Día 125


Minutos antes de las 00.00 hs estábamos reunidos en lo del nazi con Toro, Seba y Gus, a quien habíamos traído de Rotorua buscando trabajo, charlando y cagandonos de risa un rato para que a la hora en que empezaba mi cumpleaños me sorprendan con una deliciosa lemon pie que disfrutamos durante minutos en la boca. Espectacular sorpresa y regalo de los pibes.
A la mañana siguiente agarré una oportunidad de laburo de 4 hs. q me había caído del cielo, ya que me habían llamado el día anterior cuando la temporada ya había terminado para hacer un laburo especial, así que lo agarre pensando que sería una buena excusa para levantarme temprano y dejarme bien parado ante posibles futuras oportunidades. Igualmente me fui al mediodía para comer rápido previa hablada con mamá, que me lloró en el teléfono, e ir a un partidito de futbol que organicé para celebrar mi día.
El desafío era América contra resto del mundo, dado que los argentinos y chilenos desafiaban al mix de españoles, checos y Hong Kong. Muy linda tarde y un cumpleaños totalmente distinto, si incluso se hizo un reportaje especial para el evento, que ni bien lo tenga lo voy a compartir.
A la salida pase por el súper y compre unas cervecitas para la reunión tepukiana de la noche, donde me esperaba una torta espectacular de nutela y dulce de leche hecha por Alita y Vir, dos idolas que se pasaron, porque además me prestaron su garaje para invitar a la gente (en lo del nazi no daba…) y lo decoraron con globos rojos y blancos

 
El saldo de regalos entonces fue:
·         El lemon pie de lo´ pibe´
·         Un bizcochuelo de chocolate que me compró el Tío Tony con un saludo en catalán
·         Anteojos “Rock” del profe Gus
·         Un chocolate de parte de Caro y la Pope
·         Un cajón de cervezas por Avito y Pipino
·         La torta de Nutela y la decoración del “salón” x Alita y Vir
·         Un vinito por parte de Sabri, hija de amiga de mi vieja con quien contacte antes de viajar
·         Una tortilla española cocinada por los gallegos al día siguiente
Regalos simbólicos que significaron mucho porque venían de gente que conocía hace muy poco tiempo, pero viajando las amistades saben ser mucho más intensas.

Al día siguiente laburando (hasta las 15 hs seguía siendo mi cumpleaños en Buenos Aires), gracias a la tecnología recibí saludos x chat, mail e incluso un par de llamados de amigos. Un cumpleaños muy raro.

Las cajas y la vida, una breve reflexión


Un día de esos en que el cansancio te sacaba las ganas de boludear y mientras laburaba y veía como después de que mi vecino se stockee de pilas y pilas de cajas armadas para pasarlas tranquilo más adelante sin tener que correr cuando la maquina se ponga en guacha, viene el capo (un tipo de barba) y le cambie el cartelito, diciéndole que esas cajas no van más, ahora tiene que hacer las de otro tamaño. Lo que tanto trabajo le había tomado, ya no le servía… Entonces me puse a pensar en la relación que esta situación tenía con la vida misma.

No es casualidad que las cajas hayan sido verdes, porque uno se pasa la jornada laburando duro para juntarlas, para usarlas en algún momento si la maquina se pone turbulenta y de corrida las necesita. No nos damos cuenta que nos matamos haciendo cajas para un futuro que no existe, que de un momento al otro “El Barba” viene, te cambia las cosas y te las arrebata. Al final laburaste, ahorraste cajas y nunca las pudiste disfrutar. Por eso es que hoy tenés que usar tus cajas.

Faaahhh, lo que hacen tantas horas ahí metido ehhh!!

´Ta luego!

Nico

1 comentario:

  1. Groso Nico! Un placer haber compartido esas noches contigo armando cajas, viajes, pensamientos y componiendo canciones por celular!
    La vida misma, que va?
    Esperemos que de un momento al otro “El Barba” nos cambie las cosas una vez mas y nos volvamos a cruzar!
    Abrazo de try, porque se viene el mundial.

    (No se por que me sale escribir en español si soy mas argento que la mierda!)

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