jueves, 14 de julio de 2011

Coromandel Cape - 15/04/2011 – 20/04/2011 – Día 65 a 70

Coromandel: Odisea en la península


Todo estaba listo al parecer en este enésimo intento por abandonar la “ciudad imán” que fue Gisborne. El éxodo comenzaba porque la temporada de picking de uvas y kiwi estaba terminando, por lo que todo el mundo desaparecía del no tan bonito, pero sí muy cálido “Flying Nun”.
El equipo estaba armado: Nico, Seba, Alex y la Pope nos disponíamos a cruzar rumbo norte hacia la península de Coromandel, para conocer el Cathedral Cave, única foto que tenía vista de NZ antes de partir, y que no quería dejar de conocer por lo impactante que me pareció.

 

Arranque del viaje y primer escala

 

La distribución era Nico y Jose en la van y Seba junto con Alex en el autito del “Mex”, primer parada en Burger King para llenar estómagos antes de salir, cargar combustible y controlar las gomas, cosa que termino demorando eternidad, pero solucionado todo arrancamos viaje.
La idea original era parar en el medio para conocer algunos lugares de camino, pero debido a la demora inicial, decidimos seguir viaje directo hacia Te Puke, mitad de camino y primer escala, donde estaba gran parte de la banda de Gisborne y podía darnos asilo al menos por una noche.
Y así fue  (en realidad así es la comunidad backpackeriana, que se da una mano el uno al otro cuando se necesita) como con un llamado encaramos derecho hacia el Holiday Park, que viene a ser un Camping con caravans estacionadas donde la gente duerme, con el mismo formato de un camping de carpas, pero con un estilo más hippon, por el hecho de los tráilers tirados en el medio del predio.
Ahí pudimos encontrar a Caro y Tefy, Ova y Maida, y Pablito y Peter.
Entonces el operativo “colada al Holiday Park” entraba en marcha, definiendo quien dormiría donde con un piedra-papel-tijera cuádruple, quedando así quien escribe durmiendo en la van en el estacionamiento y el resto distribuido en las mencionadas caravan (realmente creo haber salido ganando).

Al arrancar el día nuevamente, post higienización en el mugriento baño del H&P, nos damos cuenta que una camioneta del predio estaba bloqueando la salida de la van, del auto de Alex y la van del Pity, otro amigo que se había metido también en mitad de la noche a ratonear por ahí. Había un hueco, ínfimo pero ahí estaba, por el que la van con varias maniobras podría salir, y así zafar del brazo de la ley, que por lo visto nos había agarrado. Pero resultó que al hacer tanta maniobra y ruido, logramos captar la atención del enervado dueño del lugar, que exigió una indemnización por la colada que terminó siendo de unos 10 NZ$ per cápita, seguía siendo ganga nomas…

2da Parte: Rumbo a Coromandel Town, el destino deseado


Así entonces retomamos viaje rumbo a estas preciosas playas que nos esperaban a unas horas de distancia en la península de Coromandel. Arrancamos viaje de vuelta, bordeando la costa de la Bay of Plenty hasta llegar a Thames, entrada a la península, pasando por verdes montañas con vistas increíbles. Quedaban pocos kms para llegar al destino Coromandel Town, por un precioso camino pegados al pacifico con hermosos paisajes a lo cerca y a lo lejos.

 

Cocinando en medio
de la ruta
Y llegamos nomas a Coromandel Town, teóricamente la ciudad donde íbamos a encontrar  todos estos centros turísticos que tanto había visto mientras googleaba mi viaje desde Bs. As.. Pero al llegar y ver que el pueblito no tenía ni siquiera un Mc Donalds o un Supermercado, nos dimos cuenta que evidentemente había un error y estábamos en la ciudad equivocada. Por lo tanto, y para seguir manteniendo los preciados billetes procedimos a hacer la gran “Into the Wild” (ver la peli pls), estacionando en el primer lugar plano que encontramos en medio de una ciudad bastante empinada, por cierto, en una buena noche de luna llena que al menos ayudaba a no perder de vista las nuggets, batatas y papas fritas que Seba cocinaba en el anafe de la van.

Terminada la cena, ahora si a acostarse 2 en van y 2 en auto para salir al día siguiente a hacer reconocimiento de la zona, tocaba ir hasta el extremo norte de la península, lamentablemente en un día bastante nublado que le quito un poco de color a los paisajes, que no dejaron de ser fantásticos para la vista.
Viaje largo, pero muy bonito el ida y vuelta. Decidimos parar un par de noches en una especie de hostel en el pueblo, después de 3 días de mugre y mal sueño era necesario. Pero gracias a estos 3 días puedo decir que esa ducha fue la que de las mejores de mi vida. Al margen de que tenía excelente presión y temperatura, la falta de baño hizo que este haya sido uno de los mejores placeres que pude haber tenido. Sacrificio y Rock & Roll, más si después le sumamos unas deliciosas quesadillas obra de Alex.

3era parte: Aprovechando el desvío


En este hostel nos enteramos que en realidad la Cathedral Cave estaba en una ciudad al extremo este de la península, por eso, junto con dos alemanas y Pierre, un francés amigo que resultó ser un bostero exitista tras su visita a Bs. As., enderezamos la nave y arrancamos viaje luego de preguntar en un inglés indio a la dueña de la posada cómo llegar y qué hacer en el medio del camino.


Así fue que decidimos desviarnos antes de seguir camino a Whitianga x la ruta hacia Whangapoua, una playa muy linda, que tenía una caminata por medio de los árboles para llegar a una playa más linda aun previa pasada, escalando unas cuantas piedras, por un mirador con una vista alucinante del verde-azulado océano pacifico y esta hermosa playa desde las alturas. Acá estuvimos un buen rato, chapuzón y echamos a caminar por una orilla muy poco transitada.

A la vuelta había que hacer toda esta misma caminata a la inversa. Ya mas tarde y con la marea crecida, las piedras que pisamos durante la ida estaban sumergidas y era bastante más complicado llegar. Más cuando el pequeño arroyito insignificante que se cruzó sin siquiera notarlo al mediodía se convirtió en un rio de 10 metros de ancho y con un fuerte caudal de agua que habría que cruzar a pata.
Entonces, ya anocheciendo y con una tormenta amenazando con tapar la luna llena que teníamos encima, nos subimos a las chatas y seguimos viaje hacia Whitianga, capital turística de la península y, ahora sí, el destino deseado.


4ta Parte: Llegamos


Al fin! Después de un largo camino llegábamos al objetivo, llegamos a Whitianga. De noche luego de la recorrida comentada, había que buscar donde dormir y pegarse una duchita tras un largo día de playa y caminata y el “Cats in Pijama” fue el hostel elegido para pasar un par de noches mientras hacíamos turismo por la ciudad.
Así todo estaba listo para conocer el tan ansiado lugar y también la “hot waters beach”, nuevo destino altamente recomendado por todos y a pocos kms. del objetivo primario. Pero tendríamos que esperar un día más a que la agenda de la marea permitiera ir a conocerla, todos tenemos nuestros tiempos y en este caso la naturaleza daba turno para el día siguiente, cuando la marea estaba baja y era el momento para conocer este lugar.

Entonces para no perder tiempo, luego de una mañana de lluvia viendo “corazón valiente” en ingles en el hostel (no, no entendí una mierda), ya la tarde despejada nos permitió tomarnos el ferri para conocer un poquito más. Ahí pudimos pasar un rato por la playa de Cooks Beach, rodeada de casas bastante caras, aparentemente de fin de semana propiedad de personas acaudaladas, para terminar el recorrido subiendo al Shakespeare Cliff, para ver como salía una luna llena que iluminaba el mar y la ciudad.

La jornada siguiente si era el día y, por las mareas, solo 4 hs por día se podía ir a las Hot Waters Beach, así que a madrugar para llegar a las 10 am (si me conocen saben que eso para mí es madrugar) a esta playa muy rara. Muy rara porque al hacer un pozo en la arena, ese mismo que hacías en Miramar cuando eras chico, te encontrabas con el agua. Pero no era agua de mar, era agua caliente, pero caliente de verdad, creando un jacuzzi natural metido en tu pozo en la arena. Cuando tenes mucho calor o te estas quemando hasta el culo (literal), te levantas y caminas 10 metros al mar fresquito, chapuzón y volves. Increíble.



Luego de un rato disfrutando de esta rareza, ahora si encaramos para la Cathedral Cave. La entrada del “parque” donde esta playa se encuentra ya ofrecía un paisaje espectacular, sumado a que tocó un día despejado que permitía apreciar los colores del agua, piedras, islas verdes y todo alrededor. Para llegar a la catedral había que hacer una caminata, con varias salidas a diferentes playas que mostraban distintos ángulos del paisaje visto desde arriba en la entrada y donde fui relajando 5 minutos x playa, para llegar un rato más tarde a destino.
¿Qué decir de tan impactante cacho de piedra? Es una montaña en la orilla, pero que la naturaleza por algún motivo divino le hizo un agujero en el medio, por donde vos podes cruzar al otro lado (en realidad no podes cruzar está lleno de carteles de advertencia, pero ya estando ahí… a la mierda!), piedras raras saliendo del agua, muy muy lindo, pero mejor ver algunas fotos porque me es difícil describirlo.



Ahí un rato de buen relax, ya haciéndose de noche nos fuimos para Pauanui, donde la hermana de Jose estaba parando en sus vacaciones. Ya estábamos dejando la península y solo nos quedaba pasar la noche para encarar la vuelta hacia Auckland para ir a buscar al Toro (amigo de Bs.As.) que estaba llegando dos días después. Nos metimos en un hostel y al día siguiente el equipo se empezaba a desarmar, porque Pope se iría a pasear con su hermana por la isla norte. Con Alex, Pierre y Seba nos fuimos a ver un mirador que había en este pueblo, para luego si, dar fin a la travesía de unos 709 kms según google cuando enfilamos hacia Thames nuevamente para dejar a Pierre que se quedaría un par de días más antes de viajar a Australia y Alex por su parte encararía la vuelta hacia Te Puke para buscar trabajo.

Finalmente, el recorrido en toda esta odisea habría sido el siguiente:
2 meses después, volvíamos a la ciudad que nos vio llegar para levantar a un nuevo integrante en esta aventura.

Como seguirá esto? Norte? Sur? Trabajo? Paseo? Veremos que se da, por lo pronto sería necesario ir juntando unos manguitos de nuevo porque tantos km de viaje chuparon bastante petrol, y con eso unas cuantas monedas.

Abrazo para todos!

Y como diría Baldassi: “Siga, Siga!!!”

Nico

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